Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre)… —Juan 1:14
De manera bastante similar, nos familiarizamos con la voz de Dios. Al leer lo que escribió, descubrimos quién es y cómo se expresa. No obstante, Satanás trata de sonar como si fuera Dios (2 Corintios 11:14). Usa las palabras del Señor con una leve modificación para desarrollar argumentos convincentes sobre mentiras. Por ejemplo, al convencer a las personas de que hagan cosas supuestamente piadosas, tal como confiar en un régimen externo de autodisciplina en vez de poner la fe en la muerte y resurrección de Cristo para ser salvos (Colosenses 2:23), Satanás ha descarriado a muchos.
Dios se ha esforzado al máximo para asegurarse de que reconozcamos su voz. No solo nos dio su Palabra, sino que también nos entregó al Verbo hecho carne: Jesús (Juan 1:14), para que no seamos fácilmente engañados ni desviados.
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